La transición social en los procesos de cierre de faena
Por Nigel Wight y Francisca Rivero, investigadores sociales en SMI-ICE-Chile
Sabemos que el cierre de faenas es un proceso inevitable. Sin embargo, los cambios relacionados con el cierre son complejos y pueden generar impactos significativos y duraderos en las comunidades aledañas a la operación. Además, la visión de cierre de procesos para la compañía no conlleva el cierre de las actividades vinculadas a las comunidades. Para estas últimas, el cierre significa una transición larga y, a menudo, difícil, puesto que deben superar la dependencia arraigada a los beneficios de la mina. Esto puede durar años e incluso generaciones, puesto que las consecuencias negativas de las operaciones de la mina como el rajo, los vertederos y los cursos de agua alterados, pueden seguir impactando a las comunidades de por vida.
La mayoría de las empresas mineras del mundo no están preparadas para enfrentar los aspectos sociales del cierre. De hecho, al tomar la decisión de cerrar una mina se generan equipo multidisciplinarios de expertos en diversos aspectos técnicos del cierre, como el desmantelamiento de la infraestructura de la mina, la preocupación por el aseguramiento estabilidad química y física del sitio y la realización de actividades de rehabilitación. E incluso, muchos de los aspectos técnicos del cierre son identificados por la empresa años antes, lo que no sucede con los aspectos relacionados a la transición social en la zona.
Por otro lado, la base de conocimiento social para informar el cierre de la mina se construye bajo la lógica de continuidad operativa y los indicadores de la empresa relacionados con el desempeño social tienden a estar asociados con garantizar que una mina permanezca abierta y en funcionamiento. Si bien las áreas clave de desempeño social, las cuotas de empleo local y las iniciativas de proveedores locales, buscan transferir los beneficios de la minería a las comunidades locales, estos beneficios cesan inmediatamente después del cierre. Es por ello que las empresas mineras deben abordar la planificación del cierre en torno a extender los beneficios de una mina a las comunidades y reducir los riesgos sociales, de la misma manera que abordan el riesgo del drenaje ácido de la mina, por ejemplo. Los aspectos sociales de los procesos de cierre deben integrarse temprano en la planificación del cierre de la mina, con el mismo o más tiempo y recursos asignados para llevar a cabo esta tarea.
No obstante, las capacidades internas de la empresa, en lugar de reforzarse para los desafíos sociales del cierre, a menudo se reducen o eliminan, y las operaciones generalmente disminuyen sus presupuestos sociales, en lugar de aumentarlos.
Las promesas de bienestar no consideran etapas de cierre y post-cierre
Gran parte de la base de conocimiento de la industria minera para respaldar los requerimientos para un desarrollo territorial sostenible dependen en gran medida de la continuación de las operaciones. Los esfuerzos colectivos de la industria minera, el gobierno, el mundo académico y las organizaciones no gubernamentales para comprender las implicancias y futuras expectativas de las comunidades afectadas han sido limitados. Además, los argumentos en torno a los reclamos de sostenibilidad de la minería se polarizan, defendidos por las relaciones públicas de la industria, por un lado y atacados por las posiciones de los activistas por el otro. Incluso, los argumentos de desarrollo sostenible para la minería se ponen a prueba más críticamente cuando una minera cierra. Por todo esto, se hace imperativo que los impactos en las comunidades a través de las transiciones de cierre se investiguen de manera efectiva.
Los datos arrojados por la investigación sobre los impactos sociales del cierre, son necesarios en muchos aspectos de la planificación del cierre. Estos, sirven para informar los programas de inversión social minera que evitan o limitan la dependencia económica de las comunidades. Además, informan sobre cómo se incluyen las visiones o los intereses de la comunidad en las decisiones de planificación de cierre y permiten identificar las habilidades necesarias con el fin de fortalecer las capacidades de la empresa y de la comunidad para una transición exitosa a una realidad post-minera.
La evaluación oportuna de impactos sociales
Las empresas mineras no deben dejar para el final la identificación de los posibles impactos sociales del cierre. Estas deben ofrecer pruebas contundentes sobre los beneficios positivos y la sostenibilidad de las comunidades locales una vez que abandonan el territorio. Además, los planes de cierre deben abordar de manera eficaz los riesgos sociales del cierre a través de inversiones dirigidas a optimizar los recursos con el fin de obtener los máximos beneficios a largo plazo para las comunidades.
Para la industria minera, el cierre de faena se presenta como una paradoja. Lo anterior puesto que, por un lado, debe conceptualizar, planificar e implementar acciones para el cierre, mientras que por otro lado, es cada vez más examinada por su contribución al desarrollo sostenible de la sociedad, particularmente de las comunidades en los territorios locales. Además, los actores sociales que son o serán afectados por la minería están cada vez más informados de las responsabilidades de la industria por los impactos directos e indirectos a las comunidades, así como de sus derechos y sobre cómo pueden influir en las decisiones relacionadas con su territorio. La industria minera tiene la oportunidad de abordar estas presiones externas demostrando impactos positivos y prolongados de las operaciones de una mina en el territorio, apoyando el desarrollo a través del cierre hacia un futuro post-minero sustentable.
En este sentido, existe un papel claro para los investigadores y las ONG que operan en los territorios afectados. Primero, el de identificar de manera efectiva los riesgos de cierre social, tanto para las comunidades como para la empresa. Segundo, el de contribuir a la construcción de una base de conocimiento social adecuada para informar las decisiones sobre la planificación del cierre y llenar las brechas de capacidad entre todas las partes, el Estado y las comunidades durante el proceso de transición social a una vida post-minera. Y finalmente, informar sobre posibles cambios a la legislación respecto al cierre de minas.
El alcance del desempeño social en un escenario de cierre
Las funciones de desempeño social de una empresa se orientan en torno a la fase operativa del ciclo de vida de una faena ¿Qué tan bien equipadas están las funciones de desempeño social de una mina para adaptarse a las demandas del cierre? ¿Qué base de conocimientos y capacidades sociales tiene una empresa, no solo para rastrear los impactos del cierre e informar las medidas de mitigación en consecuencia, sino para abordar las preocupaciones de las partes interesadas locales durante un periodo de cambio extremo en un territorio? Observamos una clara limitación en las capacidades requeridas para enfrentar este desafío en la industria.
Las demandas de las comunidades impactadas y de los gobiernos regionales y nacionales sobre cómo las empresas mineras abordan las transiciones sociales generadas por el cierre de la mina, seguirán aumentando. La función de desempeño social será cada vez más importante dentro del equipo de planificación de cierre de operaciones. No solo en términos de involucrarse con las partes interesadas en torno al cierre, sino también para garantizar que los impactos sociales del cierre estén bien identificados y que los planes de mitigación del cierre se preparen con la participación de las comunidades abordando los objetivos y visiones de desarrollo a largo plazo de aquellos que permanecerán en el territorio mucho tiempo después de que la empresa se haya ido.
Para más información, por favor contactar a Nigel Wight y Francisca Rivero.