Por Jacques Wiertz, Consultor colaborador SMI-ICE-Chile y Profesor Adjunto Universidad de Chile

Los relaves constituyen los residuos mineros masivos más desafiantes en el camino hacia una minería ambiental y socialmente sostenible. Las trágicas fallas ocurridas los últimos años en depósitos de relaves en diferentes partes del mundo han concentrado la atención en la necesidad de garantizar de mejor forma la seguridad de las personas. La seguridad es y debe seguir siendo el lineamiento central en el manejo y la gestión de los relaves. Ello se ha traducido en la adopción de un estándar internacional de gestión de los relaves (Global Tailings Standard), promovido por un consorcio formado por el International Council on Mining and Metals (ICMM), el Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA – UNEP) y la ONG Principles for Responsible Investment (PRI). El estándar, actualmente en proceso de implementación por varias compañías mineras que operan en Chile, contempla un nuevo modelo de gobernanza de los depósitos de relaves y una serie de medidas para prevenir la ocurrencia de fallas y mejorar el manejo responsable de estos residuos. Pone espacial énfasis en la transparencia de la gestión y en el respeto y la participación de las comunidades potencialmente afectadas.

EL DESAFÍO

Los principales problemas asociados a los relaves derivan de sus características intrínsecas. Los relaves están constituidos de partículas minerales muy finas presentes como pulpa, con una gran cantidad de agua. Su inestabilidad física, los grandes consumos o pérdidas de agua que representan, la contaminación del aire por partículas finas arrastradas o la contaminación de las aguas por migración de soluciones desde los depósitos, son algunos de los principales problemas asociados a estas características de los relaves.

El desafío de la sostenibilidad frente a los relaves es triple. En efecto, es necesario hacerse cargo de los relaves de ayer, de los relaves de hoy y de los relaves de mañana.

Una mayor recuperación de agua desde los relaves cumple con 3 objetivos complementarios. Primero, permite una mayor recirculación de agua y una reducción del consumo de agua fresca. Por otro lado, asegura una mayor estabilidad física y química de los depósitos. Pero, permite también alargar la vida útil de los depósitos al disminuir los volúmenes de pulpa a depositar. Ello requiere el desarrollo de tecnologías de separación sólido/líquido más eficientes en la separación y en el consumo de energía y aplicables a gran escala.

Otra oportunidad surge para una posible recuperación de elementos o compuestos de valor desde los relaves, o en las mismas plantas de procesamiento donde estos se generan. Aprovechando el alto grado de liberación de las partículas minerales, se debe evaluar la posibilidad de recuperar los elementos o compuestos de interés que hasta hoy no se han valorizado. Para ello es necesario, por una parte, caracterizar los relaves de forma muy detallada y, por otra parte, desarrollar tecnologías de recuperación eficientes, de bajo costo y de bajo impacto.

A través de una estrategia similar, se debe estudiar también la posibilidad de eliminar los elementos y compuestos potencialmente contaminantes de los relaves. El remover minerales como la pirita reduce el potencial de generación de drenaje ácido y permite remover otros potenciales contaminantes, como metales pesados. Pero, ello requiere una mayor integración entre la planta y el manejo de los relaves y el estudio de alternativas para los materiales removidos.

Tanto la recuperación de elementos y compuestos de valor como la eliminación de potenciales contaminantes aplican también a los relaves del pasado. Bajo el lineamiento central de seguridad, la prioridad debería darse a los depósitos de relaves que presentan mayores riesgos. La recuperación de elementos o compuestos de valor permitiría eventualmente absorber parte de los costos de reprocesamientos y redisposición de los relaves en condiciones ambientalmente más seguras. El saneamiento de los depósitos relaves fuera de operación –o en abandono– no solo debe considerar su posible reprocesamiento. Nuevas alternativas para el cierre sostenible y la rehabilitación de los depósitos de relaves deben ser estudiadas no solamente para los depósitos del pasado sino también para los depósitos hoy en operación y que tarde o temprano deberán enfrentar el cierre.

UNA MIRADA DESDE LA ECONOMÍA CIRCULAR

Todo lo anterior se integra dentro de un enfoque de economía circular aplicada en la gestión de los relaves. Ello requiere una mayor integración entre los procesos y entre las etapas de un proyecto minero. Debe ser abordado desde el diseño de los procesos, basándose en un profunda y completa caracterización de los minerales que permitirá identificar las oportunidades y riesgos asociados a los relaves. Es importante también considerar la etapa de cierre de minas, y la contribución de un manejo adecuado y correcto de los relaves para una eventual transformación de estos en la restauración de los sitios mineros.

Enfoque de economía circular aplicada en la gestión de los relaves
EL FUTURO

Para los relaves del futuro, el escenario se ve aún más desafiante. El creciente rechazo hacía los depósitos de relaves volverá cada vez más difícil la aprobación de nuevos depósitos de relaves, tanto por la dificultad de obtener una licencia ambiental como también por la dificultad aun mayor de obtener una licencia social. Se debería, entonces, apuntar a una minería sin depósitos de relaves.

Para ello, identificamos 3 opciones. La primera sería la transformación completa de los procesos para llegar a una minería sin relaves, reemplazando los procesos actuales por procesos novedosos como la lixiviación in situ u otra alternativa. La segunda opción sería devolver los relaves hacia la mina, evitando su desecho fuera del área minera. Esta opción ya se aplica, al menos en forma parcial, con el relleno de caserones con relaves espesados o de rajos fuera de operación con relaves filtrados. Su aplicación más generalizada requiere el desarrollo de nuevas tecnologías tanto de extracción minera como de disposición de los relaves. Una tercera opción es transformar los relaves en un material distinto, de manejo más simple y seguro o que pueda ser utilizado como material de construcción o materia prima para otros procesos y otros usos. Sin embargo, la enorme cantidad de relaves que genera la actividad minera y lo poco sustentable que puede resultar el transporte de gran cantidad de material limita este tipo de aplicaciones a materiales que pueden utilizarse o depositarse de manera ambientalmente segura en la cercanía de los proyectos mineros.

Para enfrentar estos desafíos se requiere un enfoque multidisciplinario, con profesionales capaces de enfrentar los aspectos tecnológicos, ambientales y sociales de estas innovadoras propuestas. Es por ello que el equipo de SMI-ICE-Chile junto con especialistas en SMI de la Universidad de Queensland, en colaboración con el Instituto IMDEA, Aiguasol y SEENSO de España, están desarrollando un ambicioso proyectos, entre los 10 seleccionados para la etapa de Prueba de Concepto del BHP Tailings Challenge.

 

Para más información, contacte a Jacques Wiertz en jvwiertz@gmail.com y Felipe Saavedra en f.saavedra@smiicechile.cl