En el marco del Programa Transforma Hídrico de la Región de Coquimbo, la semana pasada tuvo lugar un interesante seminario internacional para analizar la productividad del agua en Chile y Australia.
El encuentro, realizado en forma online, contó con una convocatoria de más de 80 participantes nacionales e internacionales y con los siguientes speakers: Claudio Reyes Hurtado, especialista en gestión integrada de recursos hídricos que está a cargo del Programa Transforma Hídrico de la Región de Coquimbo; Guillermo Donoso, director del Centro de Derecho y Gestión del Agua de la PUC; Michelle Medina, gerenta de desarrollo de negocios de Rubicon Water LatAm; Pablo Aranda, investigador del Sustainable Infraestructure Research Hub de The University of Queensland; y Doug Aitken, director ejecutivo de SMI ICE Chile.
Claudio Reyes Hurtado entregó relevadoras cifras y análisis de Chile y Australia en productividad hídrica:
Según datos de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas (DIRPLAN), y con el PIB de 2023, el consumo de agua estimado para 2025 alcanzaría los 19.500 hm3, dándole a Chile una productividad de 17,2 USD por m3 de agua, mientras la de Australia es de 105 USD/m3 de agua.
“La propia DIRPLAN proyecta la demanda de agua en 26.400 hm3/año para el año 2055, con un aumento del 35% en relación con el consumo al 2025”, dijo Claudio Reyes Hurtado. “Esto nos sitúa en un escenario de aumento del consumo de agua, pero con un desacople del crecimiento, lo que nos lleva a pensar en modelos de desarrollo que consideren la estabilización de la oferta de agua, el aumento decidido de la eficiencia hídrica, mejorar la relación entre el agua y la energía, y definitivamente generar valor agregado”.
La presentación de Doug Aitken, que cerró el seminario, se centró en eficiencia hídrica en la industria minera y los beneficios de transitar hacia una infraestructura compartida de suministro de agua en las zonas mineras.
El director ejecutivo de SMI ICE Chile Se refirió al complejo contexto global que enfrenta la industria minera, producto del cambio climático, de la sequía y de los mayores conflictos sociales y ambientales. “Esta complejidad va en paralelo con el gran desafío que nos ofrece la transición energética, con una proyección de aumento de 400% en la demanda de minerales críticos para los próximos 15 años”, afirmó. “Por eso, a través de SMI-ICE-Chile, queremos apoyar iniciativas muy valiosas como la del Programa Transforma Hídrico de la Región de Coquimbo, que está liderando Claudio Reyes Hurtado con el apoyo de Corfo”.
En su presentación, Doug Aitken mencionó varios retos que enfrenta la minería en relación con el uso del recurso hídrico: la reducción del volumen de agua utilizada, tanto continental como de mar; propender hacia marcos de gobernanza más eficaces que apoyen el acceso al agua para todos los usuarios a costos razonables; y transitar de la competencia por los recursos a la cooperación y la planificación colaborativa.
“Actualmente vemos que crece el número de plantas desalinizadores que abastecen directamente a cada operación minera, pero esa agua no llega a otros sectores y usuarios de la región”, explicó. “Es un costo muy alto de infraestructura y además estamos perdiendo oportunidades de colaborar entre usuarios del agua”.
En este contexto, mencionó que es un desafío que el Centro ha estado abordando hace varios años, y que se materializó en el desarrolló de una herramienta de sistemas integrados de suministro hídrico para la Región de Atacama, proyecto realizado en colaboración con MCI, la subsidiaria de Mitsubishi Corporation.
“Actualmente se está estudiando un desarrollo similar para la Región de Antofagasta y estamos evaluando hacerlo en otras regiones de Chile, como Tarapacá y Coquimbo. Es un sistema que requiere colaborar y coordinarse entre usuarios y autoridades, pero que permite planificar mejor los costos económicos y ambientales, dando paso a una mayor eficiencia y a menos conflictos por el agua”, explicó.
Respecto a la relación de Chile con Australia en cuanto a productividad hídrica, planteó varios aprendizajes comunes. “Ambos países tienen una importante industria minera y también sufren de escasez hídrica. Necesitamos aprovechar estas condiciones similares y por eso, nos parece muy interesante esta iniciativa que busca acercar el conocimiento y la experiencia de ambos países en materia hídrica.
“Las condiciones futuras son muy difíciles de predecir con certeza”, subrayó. “Sin embargo, es crucial prepararse para escenarios extremos, como inundaciones y sequías prolongadas, aprendiendo de las experiencias de ambos países, de lo que ha funcionado y lo que no. Hay áreas de coincidencias e intercambios interesantes en cuanto a desarrollo de modelos hidrológicos e hidrogeológicos a gran escala, a Innovaciones en minería para reducir el uso de agua y a resiliencia frente a los impactos del cambio climático”.